Sacsayhuamán: El exilio de los Shuk´tars
MIRANDO AL CIELO
Yo, el
elegido, el primero de los
últimos
hombres,
el antiguo, el
habitante del olvido
el que
descansa entre las brumas
y la nevisca
yo, quien ha
portado la identidad
del sol, la
grandilocuencia de la luna,
el polvo
estelar,
la última
mirada al caos,
entre
Centurión y Titán
desfalleciendo
entre Orantes y
Hertópolis.
He dado mi
alma en parte
de garantía de
jupiterianos y
andrómacos.
Tres vidas han
transcurrido
desde la
insurrección de la serpiente
y así, en el
devenir de la luz
vuelvo
nuevamente al principio
mirando las
estrellas,
a los
antepasados, a quienes nos vigilan
desde la
Nebulosa 34K27M.
Vuelvo a la
intemperie,
congrego a las
legiones,
llamo a los
exiliados,
resucito a los
caídos
porque el fin
del fin se aproxima
como bola de
cebo que baja por la mejilla
la nieve, de
tan blanca
se ha
convertido en mármol
como los
habitantes de Muriac III
antes de la
tercera restauración del cosmos,
en la quinta
edad lunar,
ante el canto
de los vencedores
y el lamento
de los vencidos
contemplé el
fin
y no pude
resistir la desesperanza.
Huí de allí…
Me alejé a la penumbra
para
reconciliarme con la muerte
tantas
muertes, tantas, tantas
que aún tengo
pesadillas en las noches de Venus.