03.01.19
Hace dos años atrás, comenzaste un viaje por aguas desconocidas.
Aguas, que te han hecho sentir extraño, inútil e idiota.
Dejaste muchas características características propias de ti, las dejaste a un lado y las cuestionaste.
Tu cabeza desde aquel día 3 de enero, se volvió un tormento.
Aquel tormento, aún aparece de vez en cuando. Apagando cada luz que habita en tu ser.
Te congelas, te paralizas, te incomodas, te enfureces y descontrolas.
Tu cuerpo se llena de rabia y sientes que destruyendo todo tu situación algo mejorará, pero eso no pasa.
Miras hacia ese episodio del 3 de enero y deseas que todo hubiese sido una pesadilla.
Quieres armar aquel puzle que es imposible de organizar porque ninguna de las piezas calza con otra.
Tu mente se vuelve gris... Se van los colores que llenan tus pensamientos.
Sufres, lloras, gritas y clamas.
Y sabes que todo seguirá igual y aún así en tu corazón hay esperanzas de que aquel 3 de enero desaparezca y que quede como una simple pesadilla, pero sabes que no es posible lograr lo imposible.
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