Tratarte bien
Mereces ese abrazo reponedor y sin apuros,
que no pediste pero que tanto necesitabas.
Ese oído que te preste atención y que
escuche tu alegría más reciente,
tu pena de amor y tus preocupaciones.
Un hombro para llorar.
Que te tomen de la mano.
Una llamada inesperada para preguntarte cómo estás.
Un cable a tierra
y una escalera a las nubes.
Que celebren tus triunfos.
Que te abran los ojos sin palabras dolorosas
cuando te estás haciendo daño,
Un reconocimiento por lo talentoso o talentosa que eres
en eso que tanto te apasiona.
Que reconozcan tus esfuerzos en la casa,
en el trabajo o en la universidad.
Un café, un té, una cerveza para contarse la vida.
Que te canten una canción
y te escriban un poema.
Y que te inviten a un paseo improvisado.
Que cocinen tu comida favorita.
Que te redacten una carta a mano. Que te hagan un dibujo.
Un regalo inesperado
sólo porque estaba en la vitrina
y se acordaron de ti.
Que cuelguen tu foto en una pared,
para verte todos los días.
Un consejo amoroso.
Mereces que te perdonen
por lo que hiciste mal hace cinco minutos
o hace tres, seis o más años.
Que te abriguen cuando hace frío.
No lo dudes,
mereces
que te traten bien,
siempre.
1