Pandemia
Hace años sabía que este momento llegaría. Sale a la calle
con tranquilidad y ve la histeria en los ojos de cada persona que cruza su
camino. Entra a un supermercado para comprar una botella de agua, la tos seca
comienza a irritarle la garganta, pero no encuentra nada más que estanterías
vacías. Sale de la tienda, mira a su alrededor, no sabría decir si eran hombres
o mujeres, daba igual el miedo no diferencia género y las mascarillas habían
ascendido a trajes completos de seguridad.
Los desechos en las esquinas son el retrato vivido de la
necesidad de asepsia. Tanto plástico terminara destruyendo al mundo, afirmó
para si, mientras se alegraba de que no estaría aquí para velo.
Volvió a su casa y se sentó en su jardín ¿por qué entrar en
pánico hace mucho sabía que iba a morir? Al menos el coronavirus sería amable y
rápido, no como su recurrente cáncer.
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