Noche estrellada
Abro la puerta de forma taciturna para que nadie se entere de mi huida.
Camino sigiloso por los escalones e ingreso en ella, silenciosa y fotónica como siempre.
Una guerra de fotones ataca mis sentidos, aunque yo inerme intento buscar trinchera en la oscuridad para observar tu belleza distante.
Te observo a través del telescopio mientras bailas a la distancia.
De pronto algo se acerca, sesgo lo observo con mi mirada puesta años luz de acá.
Una nube te empieza a cubrir, dejándote fuera de mi alcance, ya no estás.
Mi reloj se acerca tarde y es hora de volver, sus brazos se unen en doce.
Buenas noches.