Vacaciones
Sentado sobre la arena gruesa frente al lago, observo como la tarde se tiñe de sutiles colores marrones, por un cansado sol de verano.
A mi costado un volcán me observa silencioso, respirando fumarolas de humo sobre cerros verdes araucanos que se imponen firmemente al desarrollo humano.
Los colores de la tarde son cada vez más tenues y sobre la ciudad aparecen brillantes las primeras luces del cielo, para hacerle compañía al valiente volcán que no deja de respirar.
La ciudad sigue en movimiento con algunos vehículos que transitan silenciosos la variante internacional.
La ciudad es hermosa con sus colores y aromas típicos del sur de Chile que encantan.
Una brisa me advierte que la tarde está terminando y que debo volver a casa.
El ocaso ya terminó y mis vacaciones también.