El Profeta
Un día soleado y
ventoso de marzo.
El profeta hizo su
aparición estelar.
Con su cabellera
larga y una frondosa
barba captó la
atención de alguien
de poca fe.
El profeta trajo
consigo, un mensaje
esperanzador
de amor y
devoción.
De a poco, quien
poca fe tenía
cedió ante el
próspero
mensaje entregado
con musicalidad y
palabras dulces.
Su corazón se
llenó de un
tibio sentimiento
que le hizo
aferrarse a una
convicción
poco probable,
pero no imposible.
Con la esperanza
en su interior viva,
difundió el mensaje
a otras almas de
poca fe.
Sumida en un sopor
de fantasía, la
realidad le
golpeó ambas
mejillas.
La profecía,
fue un engaño.
La esperanza
por aquel
amor se
apagó y
un corazón
partido fue
lo único
que el
profeta dejó.
Parecía ser,
que el presunto
iluminado de
la deidad no
era más que
una falsedad.
Ahora, la persona
de poca fe.
Espera por la
sanación y a la
vez, no caer
en la tentación
de creer en la
profecía de otro
falso mesías.