Quémame
A mitad de la noche, con la habitación vacía y oscura, recordé. La calidez en el pecho, el nerviosismo previo y ese dolor en los pómulos de tanto sonreír. No terminas de irte pero siento el vacío. Me imaginé sin ti. No me gustó. Estás incrustado en mi pecho. Sentí el fuego de tu cuerpo derritiendo todo de mi, creando una versión diferente de la persona que era. Qué cruel. Destrozas mi mundo y no te quedas. Sé porqué, pero no acepto. Quisiera ser más.
Te memoricé, cada movimiento, gesto incluso los disgustos que podías tener. Me maravillaba al verte, con tu mirada viva y alma quebrada. Estoico contra la vida. Me adentre en las llamas ardientes de tu abismo, quemándome más de una vez, sin lamentar arder junto a ti. Cambiaría mi frío por tener tu calor. Quémame. Quémame hasta que sea parte de ti. Porque este frío, me congela.
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